
Que me perdonen mis amigos argentinos, pero mi mejor recuerdo de la visita de estos días de conferencia en Palermo ha sido la librería El Ateneo. No me refiero a los volúmenes disponibles de libros, que en el caso de las grandes librerías que he visto en Sao Paulo, México o Santiago, podrían euipararse en lo que presentan o en las ausencias, sino a la calidad de la exposición de las estanterías abiertas, las zonas de lectura previa en sus palcos y el escenario (mención aparte la cafetería) y por cierto, el espacio que representa este hermoso teatro (antiguo Grand Splendid) que la acoje sus 2000 metros cuadrados.
Comentarios